1. Tostar en una sartén las arvejas secas.
2. Moler un poco, procurando que queden a medio partir, sacar bien la cáscara y volver a moler hasta que tenga consistencia harinosa, tostar un poco más hasta adquirir un color oscuro, sin dejarla quemar.
3. Colocar esta harina a hervir en el caldo, remover constantemente, cuando comience a hervir agregar las ramas
4. Al tener una consistencia de crema espesa retirar del fuego.