Hay bastante evidencia de que el estar casado disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas y promueve una rápida recuperación de las personas con cirugías o cáncer, con lo cual los científicos atribuyen ciertos poderes protectores de la salud al matrimonio.
Pero ahora los investigadores se plantearon estudiar esa influencia en diferentes etapas del matrimonio con el correr de los años, y relacionar la evolución, estabilidad o deterioro de la relación, con el impacto en las enfermedades cardiovasculares en los hombres.
Ellos rastrearon los cambios en los factores de riesgo cardiovascular en 620 padres casados que participan en el Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC por su sigla en inglés) que comenzó en 1991.
Los padres completaron un cuestionario validado de 12 ítems para evaluar la calidad de su relación matrimonial cuando su hijo tenía 3 años y nuevamente cuando su hijo tenía 9 años.
La calidad de la relación se definió como consistentemente buena, consistentemente mala, mejorando o en deterioro.
Los investigadores evaluaron la presión arterial de los papás, la frecuencia cardíaca en reposo, el peso (IMC), el perfil de grasa en sangre y los niveles de glucosa en ayunas entre 2011 y 2013, cuando su hijo ya tenía casi 19 años, basándose en que tomarían un tiempo en producirse cambios cardiovasculares después de cualquier cambio experimentado en la calidad de la relación.
La relación influye en la salud
Los resultados mostraron pocos cambios en los factores de riesgo cardiovascular para los hombres cuyas relaciones con sus cónyuges eran consistentemente buenas o malas, es decir, sin cambios.
Sin embargo, un patrón más claro de diferencias surgió para aquéllos cuyas relaciones habían mejorado o se habían deteriorado durante el período de estudio.
Después de tener en cuenta otros factores potenciales de riesgo, observaron que el mejoramiento de las relaciones maritales se asoció con niveles más bajos de colesterol malo o LDL, cuando se comparó con las relaciones consistentemente buenas. Y se asociaron débilmente con el mejoramiento del colesterol total y mejoraron la presión arterial.
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En hombres cuyas relaciones maritales se deterioraron, se elevó la presión arterial.
"Algunos argumentos han apoyado la idea de que los hombres parecen ganar más beneficios que las mujeres, ya que ellas tienen redes sociales más grandes y son menos dependientes de su pareja que los hombres” escribieron los investigadores.
Acostumbrándose a lo bueno y a lo malo
A modo de explicación de la falta de cambio en los factores de riesgo entre los hombres cuyas relaciones eran consistentemente buenas o malas, los investigadores sugieren que esto podría ser por un cierto grado de "habituación" en el tiempo o bien, obedecería a diferencias en la percepción individual de la calidad de la relación.
Debido a que los participantes en el estudio siguen siendo relativamente jóvenes, no está claro si los patrones que encontraron los científicos se reflejarán en las tasas reales de enfermedad en el futuro, señalaron. Se requeriría un mayor seguimiento de los participantes.
Para cerrar con los resultados obtenidos, los científicos concluyen: "Asumiendo una asociación causal, el asesoramiento matrimonial o terapia de pareja para las parejas con relaciones deterioradas, puede tener beneficios adicionales en términos de salud física por encima del bienestar psicológico, aunque en algunos casos, el final de la relación puede ser el mejor resultado".
Casados se recuperan más rápido
El matrimonio es buena medicina para una persona que sufre un ataque cardíaco.
Esa es la conclusión de un estudio publicado en 2017 que siguió a casi un millón de pacientes británicos durante 13 años. Los investigadores encontraron que los pacientes casados que sufrieron un ataque cardíaco tenían un 14% más de probabilidades de sobrevivir hasta el final del estudio que los solteros.
Y en comparación con los pacientes divorciados, las probabilidades de supervivencia de los casados fueron un 16% más altas, señaló el autor principal, Dr. Rahul Potluri, profesor clínico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Aston, en Birmingham, Inglaterra.
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